domingo, 23 de febrero de 2014

Revelación, la

Uno de los puntos más importantes estudiados en clase de Teología fue la Revelación, y por eso decidí dedicarle un post entero. La Revelación es histórica, sobrenatural y progresiva, y a lo largo de este post vamos a ver qué quieren decir estas palabras que se le adjudican.

La Revelación es el conocimiento de Dios, y por lo tanto, es algo inagotable, incognoscible. El hombre como individuo no es quien conoce a Dios, sino como pueblo, como comunidad. La Revelación tiene sentido gracias al ya explicado anteriormente deseo natural del hombre de Dios.

La Revelación es histórica en cuanto al modo. Dios habló al hombre en una historia y un pueblo en particular: para encontrar la palabra de Dios hay que volver a la historia de Israel. La Biblia es el medio en que está expresada la Revelación, y es la fuente de lo que Dios quiere decir al pueblo.

También, la Revelación es sobrenatural, en cuanto al contenido. La Revelación nos muestra a Dios, que está fuera de nuestro conocimiento natural: Dios es inaccesible, inagotable, supera al alcance de nuestra razón. Lo podemos conocer racionalmente, pero Dios se revela por su voluntad, podemos conocer que existe y algunas cosas de su existencia, pero nada más. Conocer el interior de Dios sólo es posible si Él lo revela, por eso es que llamamos Misterio a todo esto.

Es importante destacar que la Revelación es progresiva: es gradual, no repentina. Termina de revelarse con la muerte de Jesús y su resurrección, y con la muerte del último testigo de él. Hay que entender a la Revelación como un encuentro humano: al principio es más superficial, luego, ambos miembros se van abriendo al otro, de a poco y cada vez más. De a poco se va quitando el velo de Dios, pero nunca del todo, por eso permanece un misterio. Esta progresividad de la Revelación le da objetividad: la interpretación de la verdad revelada está sujeta a una comunidad, no es lo que a una persona se le ocurre así como así. Por lo tanto, la Revelación es liberadora: no cargamos nosotros individualmente con la responsabilidad de descubrir a Dios, sino que es una tarea comunitaria.

Por último me gustaría hablar de la interpretación de la Revelación. Como se explicó en el párrafo anterior, debe ser en comunidad, porque una persona sola tiene más posibilidades de equivocarse. Al interpretar hay un riesgo de fundamentalismo, es decir, de tomar a la Biblia demasiado literalmente, cuando muchas veces se trata de una parábola o un símbolo. A veces interpretar la Biblia demasiado literal lleva a opresión, exclusión y dominación. Nunca hay que perder de vista que la Biblia sirve para que nosotros crezcamos en comunidad.

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