domingo, 23 de febrero de 2014

DEI VERBUM parte III

El capítulo tres se llama "Inspiración divina de la Sagrada Escritura y su interpretación", y a continuación se explicará.

Primero habla sobre las verdades reveladas, que fueron reveladas por Dios, para nuestra salvación. Están contenidas en las Sagradas Escrituras, y fueron consignadas por inspiración del Espíritu Santo. Es decir, Dios es el verdadero autor, pero usó hombres para la redacción: obró Él en ellos y por ellos. El hombre usó sus propias facultades y medios para la redacción de las Sagradas Escrituras, por lo que hay una doble autoría: Dios y el hombre, quien le dio forma al texto. 

Las Sagradas Escrituras fueron divinamente inspiradas y son útiles para enseñar, para argüir, corregir y educar en la justicia para que el hombre de Dios sea perfecto y equipado para toda buena obra. Como hubo distintos autores humanos, hubo distintos géneros literarios, y por lo tanto, hay distintas interpretaciones. 

Dios habla para el hombre de un modo que él lo entienda. El hombre debe investigar con atención qué pretendieron expresar realmente los hagiógrafos (los escritores sagrados) y Dios. Para esto, hay que atender a los géneros literarios porque la verdad se propone y se expresa de manera diferente en cada género. Se necesita un intérprete que investigue el sentido que se intentó expresar en su época, formas de escribir y cosas que pasaban en su contexto espacio-temporal. Para entender la Sagrada Escritura hay que leerla e interpretarla con el mismo Espíritu con que se escribió.

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