martes, 29 de enero de 2013

En el campo

Como mencioné antes, estoy estudiando a Viktor Frankl. Ahora voy a pasar a explicar la primera parte de su libro, en la que cuenta sus experiencias y las de sus compañeros dentro del campo de concentración. Tomando lo que había aprendido en ellas es que formula los conceptos básicos de la logoterapia que ya mencionamos anteriormente. 

Frankl habla de tres fases dentro del campo de concentración, y en cada fase describe diferentes vivencias de los prisioneros. Además, dice que para cada fase hay una vivencia principal. Todo esto lo veremos a continuación.

Primera fase: llegada al campo.

  1. Existencia desnuda: Cuando entran al campo, los prisioneros son desnudados y despojados de todas sus pertenencias. Se les realiza un chequeo médico y se los higieniza. En este momento, los prisioneros sienten la existencia desnuda, se sienten expuestos y desprotegidos.
  2. Ilusión del indulto: Ni bien entran al campo, en los primeros momentos, tienen la ilusión del indulto, es decir, la falsa esperanza de que los liberen pronto, o de que, después de todo, su estadía en el campo no sea tan terrible como se imaginaban.
  3. Humor macabro: Se trata de una falsa humorada, y es una manera de defenderse de la situación mala que los rodea. Es el humor sobre situaciones traumáticas, es una forma de reaccionar ante la angustia.
  4. Curiosidad: A pesar de que son situaciones horribles, el prisionero, como todo es nuevo para él, siente curiosidad por lo que lo rodea, incluso por ver, por ejemplo, cómo asesinan a un compañero.
  5. Shock: Es la vivencia principal de la primera fase en el campo. Se trata de un estado de shock que no permite a la persona incorporarse a la realidad dolorosa, la preserva de ella. Se siente un miedo profundo, se está paralizado; es como estar nublado, sin entender nada. Como el contacto con la muerte es algo cotidiano, hay una necesidad de bloquearse, una necesidad de negación.
Segunda fase: estadía en el campo
  1. Añoranza de la vida anterior: El prisionero añora la vida que llevaba fuera del campo, su hogar, su trabajo, su familia, incluso sus quehaceres. De esto se sigue la siguiente vivencia.
  2. Repugnancia por la vida actual: El prisionero siente asco por lo que le toca vivir, le repugna.
  3. Hambre: Como los alimentan tan mal, los prisioneros sufren de desnutrición, lo que hace que se sientan muy debilitados. Además, Frankl relata que solían tener conversaciones sobre comida, imáginandose lo deliciosa que era la comida que solían tener antes.
  4. Irritabilidad: El prisionero se siente enojado por los maltratos y las agresiones constantes que recibe.
  5. Sexualidad: La sexualidad se encuentra completamente inhibida en el campo, incluso en los sueños.
  6. Huida hacia el interior: El prisionero se hunde dentro de sí mismo y de su pensamiento para escapar a la horrible situación que lo rodea. Es una forma de protegerse del dolor externo y de tranquilizarse y no desesperarse. Frankl nos pone como ejemplo las conversaciones que él imaginaba tener con su esposa en su mente.
  7. Sentido del amor: Frankl sostiene que es el sentido supremo frente a cualquier cosa, que el amor era más fuerte que todo lo horrible que debían vivir, y que puede sostener cualquier situación límite. El sentido del amor (por su esposa, su familia) le daba pensamientos positivos, y así lo mantenía fuerte. Él no sabía si él viviría o si su esposa vivía todavía, y mucho menos si podrían verse de nuevo, pero quería suponer que sí para refugiarse en eso.
  8. Apatía: Es la vivencia principal de la segunda fase en el campo. Se centra en que el prisionero se recubra de indiferencia para protegerse del dolor. La apatía simula la muerte, parece que no hay vida pero en realidad es un mecanismo para que la vida subsista. Por ejemplo, la apatía se puede ver cuando los prisioneros veían a sus compañeros muertos con total indiferencia. 
Tercera fase: liberación
  1. Primer momento: El prisionero, ni bien es liberado, no cae en la cuenta de la liberación, porque es un cambio tan fuerte como entrar al campo, ya que es abrupto.
  2. No pertenencia al mundo real: Se siente ajeno al mundo y de a poco debe aprender a reinsertarse. Debe reconocer la libertad de espacio (ya no moverse en espacios reducidos), reconocer los colores, la alegría y el diálogo.
  3. Falta de capacidad de alegría: Se sigue del anterior. Esta capacidad va apareciendo de a poco, mientras el prisionero va dándose permiso de alegrarse y estar contento.
  4. Personalización: Esta es la principal vivencia de la tercer fase. Luego de todo lo anterior, Frankl explica que se realiza una personalización (porque antes, al entrar al campo, el prisionero sufre un proceso de despersonalización), que es un proceso por el cual el prisionero vuelve a ser persona, y a tener las capacidades que tenía antes. La personalización debe ser paulatina, ya que experimentar libertad desmesurada, dice Frankl, no es signo de salud.
  5. Cuerpo y mente: Frankl hace una comparación entre el cuerpo y la mente, explicando que al primero no le cuesta tanto trabajo adaptarse a la nueva libertad como a la mente, ya que ésta tiene muchas más inhibiciones. Ejemplifica esto diciendo que ni bien salían del campo, comían vorazmente (el cuerpo se liberaba más rápido), pero tardaban mucho más en recuperar el diálogo o la alegría (propias de la mente).

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