martes, 16 de febrero de 2016

Carta encíclica Mater et Magistra

Mater et Magistra ("madre y maestra") es una carta encíclica de la Iglesia Católica escrita por Juan XXIII en 1961. Los temas de los que habla son:

Socialización
Hay un incremento de relaciones sociales gracias a los avances tecnológicos. Esto tiene de bueno que pueden satisfacerse mejor los derechos humanos, y que se puede comunicar con cualquier parte del mundo, pero las desventajas son mayor desigualdad social y cada vez un grado menor de pensar por uno mismo. Hay que orientar el progreso de este tipo hacia las ventajas recién mencionadas, y la encíclica sostiene que los gobernantes deben tener un buen concepto del bien común. La encíclica lo entiende como las condiciones sociales que permiten a los ciudadanos desarrollarse.

Trabajo
Habla de los salarios bajos, y dice que en muchos países no desarrollados hay demasiada diferencia entre ricos y pobres con respecto al salario. Además, dice que no es lícito dejar la determinación del salario a la libre competencia del mercado o a los intereses de los poderosos. El salario debe alcanzar para que el trabajador tenga una vida digna y para que pueda mantener a su familia. Por lo tanto, el salario debe fijarse teniendo en cuenta:

  1. La aportación de cada trabajador a la producción.
  2. La situación financiera de la empresa.
  3. Las exigencias del bien común de la comunidad.
  4. Las exigencias del bien común universal.
Propone como una buena solución al problema del desarrollo de los trabajadores que estos tengan cierto grado de propiedad en la empresa. También, habla de que los trabajadores puedan participar en empresas grandes, para poder hacer oír su voz, y para que la empresa sea una verdadera comunidad humana.
Habla también de los sindicatos, no ya como medio de lucha de clases, sino para la conciliación entre los trabajadores y los dueños de las empresas.
Por último, dice que es el plan de Dios que cada hombre alcance su perfección mediante su trabajo.

Propiedad privada
Explica que la propiedad privada es garantía de dignidad y da tranquilidad. También, tiene una función social, ya que todos los bienes de la tierra están destinado al sustento de todos los hombres, pero hay necesidades de propiedad que el Estado no puede cubrir, y ahí entra en juego la caridad. Además, sostiene, no hay que olvidar el gran valor que tiene los bienes no materiales.

Ecología
Dios ha otorgado a la naturaleza una casi inagotable capacidad, y al hombre, una gran inteligencia para poder usarla. Pero se presenta el problema de la superpoblación: la encíclica dice que la solución a este problema no son los medios anticonceptivos, que atentan contra la dignidad del hombre, sino el conocimiento de las capacidades de la naturaleza.

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